miércoles, 26 de septiembre de 2012

El grillo que no dejaba dormir (parte 1)

Gatuno:

Era una noche cálida, y la verdad es que no pude dormir todas las horas que me hubiera gustado durante el transcurso del día. Bueno, fueron los que se creen mis amos los que no me dejaron dormir.
Primero que si estoy enfermo, que si me veo mas gordo, que si como mucho porque me deprimo, que bla, bla, bla!... y cuando ya por fin me escapé de sus brazos y me sentí libre... alguien toca el timbre. Me asomo por la ventana y, eran los pequeños de la hermana de mi ama Martina. Noooo!, grité un fuerte maullido hacia adentro de mis cansados pensamientos, cuando ya empezaba a contar ratoncitos.


Como era de esperarse  no tuve  tiempo de esconderme,  los traviesos estos se rolaban el turno para dizque abrazarme  y  acariciarme,  mas bien me estrujaban, mallugaban, jalaban orejas  (ay,  mis  lindas  orejas!)  y bigotes. Mis horas mas valiosas de sueño se escapaban. 
Pude ser rudo, grosero y clavarles mis afiladas uñitas. Pero ya me se los castigos que me esperan cuando recurro a mi rebeldía. Lo curioso es que un grillo ya comenzaba a cantar. Como se atreve?, si al anterior le fue muy mal... lo oía reírse de mi, cada cri cric era como una carcajada. Pero deja que me libere de estos "mini-amos".
Después de varias horas que... si fueron horas!, en que me agarraron de juguete. Por fin me soltaron y fui de un salto a dar casi debajo de las escaleras. Recordé una vieja camita mía de tiempo atrás que guardaron ahí mis amos. Estaba en un lugar seguro, no creo que me encuentren en un  buen tiempo, aquí me dispongo a dormir una mega siesta... si!.  Solo saldré si escucho el: "Gatuno, ven a comeeeer!".


El grillo, que se había quedado en silencio por varios minutos ya lo había olvidado. Solo vi que andaba cerca de mi. Sus diminutos ojos creo haberlos visto brillar. Acaso me espía?. Nomas no vayas empezar con... y justo en eso dio inicio a su inminente canto, dicen que cantan, pero para mi sus grilladas aturden. Entonces fue que le dije "Me dejas dormir?, o te hago lo que al anterior!". Pero en mi mareada y soñolienta cabeza empecé a escuchar solo carcajadas de parte del insecto... cric, cric!... ja ja cric, ja ja ja cric, en realidad no reía, pero para mi sus "cantos" retumbaban en mi mente como risas burlonas.

Mis siete mejores horas del día para disfrutar mi sueño se habían ido. Yo soy de esos gatos que no soportan a los insectos, mucho menos a los grillos. Me moví hacia todos los rincones de los muebles y objetos guardados, debajo de la escalera y nada!... el "ja ja ja no podrás dormir" era ahora su sonido y se que  pertenecía al inoportuno grillo. "Te comeré" le dije varias veces (en realidad solo me gusta destazarlos), pero no se callaba.
Fui recordando sin querer lo mal que traté al anterior, y de como disfruté eso. "Ya verás como te irá con mis garras si no obedeces en callarte grillo", le advertí por enésima vez....  Continuará.


2 comentarios:

  1. muy lindo espero que ese continuara no tarde tanto he.Felicidades Hector. ygracias por compartirlo conmigo.

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  2. Luz Elena, me dio mucho gusto ver tu comentario. Si tiene su secuela, su segunda parte que publiqué un poco después de este cuento, es que éste gatuno siamés, del hambre y del sueño ya alucina!.

    ¡Saludos mi buena amiga!

    H. Buelna

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