viernes, 28 de septiembre de 2012

Los limones y la gallina rebelde

Canino:

Después de varias semanas en mi nuevo hogar, puedo decir que me siento feliz con todo lo que hay aquí. Dicen que de grande seré un buen perro de caza, no se bien a que se refieren. Pero si eso significa andar corriendo entre arboles y, cruzar nadando el río que nos queda enfrente, creo que no será mala idea.

Mi pequeño amo tiene ahora la encomienda de recolectar limones, son esas frutas ovaladas casi redondas que están cayendo al suelo, quiere que le ayude por si alguna gallina se acercara a picotearlos; aunque me dan algo de temor esas cosas emplumadas, mas bien se ven molestas si me les acerco, creo que saben que soy pequeño e inofensivo.
Los limones siguen bajando de uno en uno, rebotan y salen disparados hacia todas partes... yo los persigo y evito que no se vayan muy lejos!, es divertido. He mordido uno, y aarg!, sabe muy mal, pero tenia que hacerlo para conocer mi nuevo mundo, el que me rodea.


El río corre hoy mas fuerte, y lo veo a la distancia. Se que pronto me darán permiso de llegar hasta allá, y espero conocer a la perrita de la casa vecina, solo se asoma de vez en cuando por la ventana, o por la puerta de madera del jardín, espero poder encontrarnos un día, y jugar con ella. Que lástima que no esta aquí ayudandome a evitar que estos verdes y amarillos frutos no huyan de mi amo.

Oh, no!, uno de los limones cayó y rodó, atorándose justo debajo de una gallina. La veré un momento a los ojos... no se mueve. La veré con ojos de cachorro enojado... no, no se quita. Oye se que sabes que estas encima de un limón, ¿porque no te quitas de el?. Mi amo, voltea a verme, talvez por mi débil y agudo ladrido. El sigue cortando con su vara, en la cual en un extremo tiene sujeto un alambre doblado en forma de gancho. Y me mira de nuevo, y me dice "¡Tu puedes canino, recupera ese limón, es tuyo, no de ella!".


Vamos gallina traviesa, quítate de encima de mi limón!, le dije a la robusta ave color café claro. Solo volteó a verme como retandome. Ella sabe lo que quiero, y que es mio, y no me deja tomarlo. Pienso ahora que se burla de mi. Esta bien tu lo has querido. Y en eso, que me lanzo corriendo en unos cuantos pasos, y la empujo con el peso de mi cuerpo... ella sale casi volando del golpe, llena de pavor... liberando mi trofeo!, ja já, te lo advertí y no querías moverte. No, quise ser violento, pero creo que ella ya ocupará su lugar en el gallinero, y nos dejará trabajar. Mi amo me mira complacido, sabe que cuenta conmigo. Hemos terminado...oh, oh!, veo que aun quedan muchos frutos por recoger.


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